lunes, 3 de abril de 2017

Los dos ciegos de Jericó

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Y al salir de Jericó le siguió una gran muchedumbre. Dos ciegos que estaban sentados al borde del camino oyeron Milagros que Jesús pasaba y se pusieron a gritar: “¡Ten compasión de nosotros, Señor, Hijo de David!”. La muchedumbre los increpó de para que se callaran, pero ellos gritaban más fuerte: “¡Ten Jesús compasión de nosotros, Señor, Hijo de David!”. Entonces Jesús se detuvo, los llamó y les dijo: “¿Qué queréis que os haga?”. Le respondieron: “Señor, que se abran nuestros ojos”. Compadecido, Jesús les tocó los ojos, y al punto recobraron la vista y lo siguieron.
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Curación a un Paralitico

Resultado de imagen para curacion a un paraliticoCuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la Milagros puerta. Y les proponía la palabra. Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, de levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un Jesús boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico: “Hijo, tus pecados te son perdonados”. Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: “¿Por qué habla este así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo uno, Dios?”. Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo: “¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decir al paralítico ‘tus pecados te son perdonados’ o decir ‘levántate, coge la camilla y echa a andar’? Pues, para que comprendáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados- dice al paralítico- : ‘Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa’”. Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: “Nunca hemos visto una cosa igual”.
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Curación de un Leproso

Resultado de imagen para curacion a un leprosoSe le acerca un leproso, suplicándole de rodillas: “Si quieres, puedes limpiarme”. Compadecido, extendió la mano y Milagros lo tocó diciendo: “Quiero: queda limpio”. La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole de severamente: “No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve Jesús a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés”. Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
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Primera Multiplicación de los Panes

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Al enterarse Jesús se marchó de allí en barca, a solas, a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió por tierra Milagros desde los poblados. Al desembarcar vio Jesús una multitud, se compadeció de ellos y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, de se acercaron los discípulos a decirle: “Estamos en despoblado Jesús y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren comida”. Jesús les replicó: “No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer”. Ellos le replicaron:”Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces”. Les dijo: “Traédmelos”. Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos y se saciaron y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Enseguida Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente.
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Primera Pesca Milagrosa

Resultado de imagen para primera pesca milagrosaUna vez que la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios, estando él de pie junto al lago de Genesaret,Milagros vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. Subiendo a una de las de barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de Jesús tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca”. Respondió Simón y dijo: “Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”. Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo: “Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador”. Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”.Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
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Curación del hijo de un oficial de un Rey

Resultado de imagen para curacion de un hijo del reyEntonces vino otra vez Jesús a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había allí cierto oficial del rey cuyo hijo estaba enfermo en Capernaúm. Cuando él oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a su encuentro y le suplicaba que bajara y sanara a su hijo, porque estaba al borde de la muerte. Jesús entonces le dijo: “Si ustedes no ven señales y prodigios, no creerán.” El oficial del rey le dijo: “Señor, baja antes de que mi hijo muera.” “Puedes irte, tu hijo vive,” le dijo Jesús. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue. Y mientras bajaba a su casa, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo vivía. Entonces les preguntó a qué hora había empezado a mejorar. Y le respondieron: “Ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre.”

 El padre entonces se dio cuenta que fue a la hora en que Jesús le dijo: “Tu hijo vive.” Y creyó él con toda su casa.
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Bodas de Canaán

Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.
Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.
Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.
Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.
Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.
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